“Padre, dicen que París es el mejor sitio del mundo” le cuenta el hijo a su padre.
“Quién haya dicho eso, es evidente que nunca ha estado en Tiris, hijo”
Tiris, es una región del Sáhara Occidental de extraordinaria belleza. Los saharauis y en especial los poetas la han mitificado y la han convertido en la musa, en la inspiración. En época de abundancia, después de la lluvia, se vuelve de color verde, la “Tiris jadra”, la inmensa región renace de sus cenizas, surge del polvo de los años secos y vuelve la vida.
“Quién haya dicho eso, es evidente que nunca ha estado en Tiris, hijo”
Tiris, es una región del Sáhara Occidental de extraordinaria belleza. Los saharauis y en especial los poetas la han mitificado y la han convertido en la musa, en la inspiración. En época de abundancia, después de la lluvia, se vuelve de color verde, la “Tiris jadra”, la inmensa región renace de sus cenizas, surge del polvo de los años secos y vuelve la vida.
Sin embargo la Tiris seca también es bella.
Hay algo mágico en el rostro de Tiris, algo inexplicable que envuelve y acaricia, que susurra, que sugiere y que hechiza.
Hay algo mágico en el rostro de Tiris, algo inexplicable que envuelve y acaricia, que susurra, que sugiere y que hechiza.
Ella atrapa y anima, calma y enciende.
Todo poeta que haya pasado por Tiris, ha terminado escribiéndole poesía, hasta los que nunca la han visto, también le escriben versos.
Ella, Tiris, siempre acude para rescatar a los poetas y a la poesía.
Tiris
Cuando caigan
las primeras gotas
estaré a tus pies, amada mía.
Y desnudos nos mojaremos
el abrazo entre rebaños de arco iris.
Cuando vuelva
la lluvia, amada mía,
vendré con las primeras
jaimas del alba
a contarte los versos
que parió tu ausencia.
Cuando llegue ese día
vendarán mis hijos,
los hijos de mis hijos.
Vendremos todos a rendirte
la única y verdadera pleitesía.
Todo poeta que haya pasado por Tiris, ha terminado escribiéndole poesía, hasta los que nunca la han visto, también le escriben versos.
Ella, Tiris, siempre acude para rescatar a los poetas y a la poesía.
Tiris
Cuando caigan
las primeras gotas
estaré a tus pies, amada mía.
Y desnudos nos mojaremos
el abrazo entre rebaños de arco iris.
Cuando vuelva
la lluvia, amada mía,
vendré con las primeras
jaimas del alba
a contarte los versos
que parió tu ausencia.
Cuando llegue ese día
vendarán mis hijos,
los hijos de mis hijos.
Vendremos todos a rendirte
la única y verdadera pleitesía.
(Poema del libro Nómada en el exilio.)
Imagen: Obra del pintor saharaui Ibnuchahid.
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